El método TEACCH (Tratamiento y educación de niños/as autistas y con problemas de comunicación), se diseñó en los años 70 por Eric Schopler y su equipo de la Universidad de Carolina del Norte (EUA). Surgió como una herramienta terapéutica dirigida a personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) de todas las edades y niveles de desarrollo.
Las personas con TEA suelen presentar dificultades en el lenguaje receptivo y expresivo, en la memoria secuencial, y en manejar cambios en su entorno. Por ello, el método TEACCH, proporciona estructura y organización, con el objetivo de que las personas que lo utilicen comprendan mejor su entorno y consigan una mayor autonomía tanto en casa, como en la escuela y la comunidad.
¿En qué se basa el método TEACCH?
- En un Aprendizaje estructurado. Si organizamos el entorno y las tareas que deben realizar los niños/as de una manera clara para ellos/as, les ayudamos a entender aquello que les rodea y a saber qué esperamos de ellos/as; como resultado estarán más tranquilos/as y aprenderán mejor.
- En potenciar los puntos fuertes e intereses de los niños/as, reconociendo y aceptando también sus dificultades.
- En la mejora de la comunicación, la percepción, la imitación y las habilidades motoras, así como la enseñanza de habilidades académicas (colores, números, formas…)
- Utilización de apoyos visuales para orientar (estructura de la clase, del material y de la agenda) y enseñar al niño/a, ya que una de las fortalezas en el TEA es el aprendizaje visual por encima del verbal.
- Generalizar lo aprendido a los entornos próximos del niño/a, siendo imprescindible la colaboración entre familias y profesionales.
- Aprendizaje sin error. Es importante enseñar sin atender a los errores, adaptar los objetivos a su nivel evolutivo, evitar distracciones y mantenerlos motivados usando reforzadores adecuados.
¿En qué consiste el Aprendizaje Estructurado en el Método TEACCH?
1. Estructuración física del entorno: ¿Qué se hace aquí?
Se refiere a la colocación del mobiliario y los materiales de los entornos que rodean al niño/a. Si creamos ambientes con una estructura clara del espacio, ya sea en clase o en casa, reduciendo posibles distractores, mejoraremos su concentración y capacidad de autorregulación.
Los límites físicos están claramente definidos y normalmente incluyen actividades como: trabajo “uno a uno” (niño/a-adulto), trabajo independiente, transición de actividades, juego, actividades grupales, área de comidas, cuarto de baño/higiene/vestirse, etc.
2. Agenda/Horario individual: ¿Cuándo se hace?
El uso de horarios individualizados adaptados a cada niño/a, establece una secuencia para las tareas diarias a través de varios medios como dibujos y fotografías. Les ayuda a predecir qué van a hacer a continuación, organizan su tiempo y promueven su independencia; estarán más tranquilos sabiendo qué tienen que hacer en cada momento. Aun así, también es importante realizar rutinas con cierta flexibilidad, para demostrar al niño/a que el mundo en el que vive no es estático, sino que está en continuo cambio. Por lo tanto, conviene ir introduciendo alternativas, por ejemplo: ir por caminos diferentes para llegar a un mismo sitio, variar los materiales de trabajo e incluso la comida de cada día.
3. Sistemas de trabajo: ¿Qué y cuánto debo hacer?
Es una estrategia que ayuda a organizar cada actividad, de manera que aprenden a trabajar sin la supervisión directa del adulto. Los sistemas de trabajo les comunican 4 tipos de información:
- Qué trabajo tienen que hacer.
- Cuánto trabajo tienen que hacer en ese periodo de tiempo.
- Cómo saben que están avanzando y cuándo han terminado.
- Qué sucederá una vez finalizada la actividad.
El TEA muchas veces implica la incapacidad de inferir la duración de una actividad, con este sistema de trabajo, el concepto “terminado” es algo concreto y con significado para ellos/as. Encontramos diferentes tipos de sistemas de trabajo: de izquierda a derecha, con recipiente de “terminado”; de emparejamiento (colores, formas, letras, números, etc.) o escritos.
4. Estructura e información Visual: ¿Cómo lo hago?
Para explicar las tareas se utilizan imágenes y claves físicas que, acompañadas con alguna palabra o frase significativa, incrementan al máximo la claridad, comprensión e interés, y minimizan la ansiedad de los niños/as. Hay 3 componentes en los materiales que resultan importantes para conseguir resultados positivos:
- Claridad: destacar los aspectos importantes de una tarea utilizando codificación por colores, subrayado o etiquetas.
- Organización: colocar el material para asegurar la independencia del alumno al realizar la tarea, por ejemplo, distribuir las piezas dentro de recipientes.
- Instrucciones: escritas, gráficas, dibujadas, plantillas o una muestra del resultado; por ejemplo una plantilla de cómo se deben colocar los materiales y cómo se debe desarrollar la tarea.
Los materiales utilizados en el método TEACCH, son recursos manipulativos y visualmente atractivos, que podéis realizar utilizando materiales reciclables. En ARASAAC tenéis algunos ejemplos de materiales muy útiles e interesantes que os podéis descargar.
Actualmente, el método TEACCH ha demostrado su eficacia en la mejora de las habilidades sociales y de comunicación, en la reducción de conductas desadaptativas y en la mejora de la calidad de vida y disminución del estrés familiar. Los niños/as que utilizan estas estrategias presentan una mayor tranquilidad y seguridad en sí mismos/as, y son capaces de trabajar de forma productiva e independiente durante periodos más largos de tiempo.
“Si un niño/a no puede aprender de la manera en que le enseñamos, quizá debamos enseñar de la manera en que el él/ella aprende” – Rita Dunn
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