El Método Pikler es la metodología de la pedagogía Pikleriana, que surge con el fin de desarrollar y respetar la autonomía y libertad de los niños cuando son muy pequeños.
Los niños se conceptualizan desde esta teoría como seres con una capacidad innata y social para desarrollarse y crecer de modo autónomo a nivel motriz, cognitivo, psíquico y comunicativo para funcionar de forma abierta en su entorno. Por ello, es muy importante que el adulto prepare espacios donde el niño/a tenga una actitud positiva y activa que le ayude a aprender de sus movimientos, de sus logros y sus fracasos.
¿Quién está detrás del Método Pikler y en qué consiste?
Según la psiquiatra Emmi Pikler, el hecho de dejar a un niño/a actuar libremente en espacios con los recursos necesarios, hará que éste consiga desarrollar con más facilidad una mayor movilidad postural, conseguir sentarse y caminar solo, sin que un adulto tenga que ayudarlo. Por lo que cuando el niño/a explora por su propio pie aprende y adquiere capacidades más sólidas que si recibe estas pautas por un adulto.
Premisas básicas del Método Pikler
- El desarrollo psicomotriz del niño/a no necesita ser enseñado por un adulto.
- Su desarrollo correcto de la lateralidad, equilibrio y movimiento motriz dependerá de su ritmo e iniciativa, y no de la aportación de los adultos.
- No sirve de nada enseñarle algo que puede aprender por sí mismo.
¿Cómo debe comportarse el adulto en el Método Pikler?
Lo esencial en esta metodología es entender cuál es la respuesta más adecuada que puede dar un adulto a las necesidades del niño/a. Por ello es necesario que el adulto le ofrezca condiciones de seguridad y apego, que el niño/a se sienta querido y tranquilo y que perciba que el adulto cree en sus capacidades.
Durante este aprendizaje en este espacio preparado, el adulto deberá de mantener una postura atenta comprensiva e indirecta. Deberá de observarle y estar presente ante cualquier demanda que haga el niño/a, para responder inmediatamente a sus necesidades, y así conseguir que siga explorando con tranquilidad. De este modo, se conseguirá que el niño/a no dependa en todo momento del adulto para moverse y podrá actuar activamente de modo espontáneo en su entorno.
Ante todo, será necesario adaptar el espacio (sala o habitación) y los materiales a los intereses y a las necesidades funcionales del niño, que deben ser adecuados a su estadio de evolución. También deberá de llevar ropa cómoda con el fin que pueda moverse sin limitaciones.
¿Cómo iniciamos los materiales en el Método Pikler?
Para iniciar la introducción de materiales, se deberá de empezar por 3 o 4 objetos de fácil manipulación y que sean seguros, cerca del bebé, a los que pueda acceder cuando él/ella tenga interés de cogerlos, tocarlos o explorarlos.
Entre los materiales que se proponen podemos encontrar:
- Rampas reversibles
- Pasarela de equilibrio basculante
- Arcos de barras
- Triángulo Pikler
- Laberintos de madera
- Sonajeros de bolas de colores
- Puzzles y canicas de madera
- Puente de Leonardo
También en este espacio y con estas pautas, se desarrollará el juego libre. En él se le ofrecerán materiales seguros y desestructurados con el fin que el niño/a los utilice sin instrucciones y sin saber cómo debe usarlo para que realice sus propias conclusiones.
El Método Pikler desaconseja el uso de ciertos materiales
Pikler desaconseja utilizar andadores (porque obliga a utilizar la cadera antes que ésta esté preparada para funcionar correctamente), tumbonas o superficies blandas (es mejor el suelo) y alfombras electrónicas (una gran cantidad de estímulos hacen que no pueda aprender sobre lo que le interesa realmente).
Psicología infantil