La lactancia artificial parece menos compleja en todos sus ámbitos que la lactancia materna. Vamos a analizar los pros y los contras y así, en caso de duda, podéis escoger lo que os parezca mejor para vosotros, vuestra situación familiar y sobre todo, vuestro bebé. O, incluso en caso de no poder darle el pecho, quedaros tranquilos, al comprender que la lactancia materna no es absolutamente imprescindible hoy en día y que las leches artificiales aportan los nutrientes necesarios a nuestros hijos para crecer, además de otras ventajas.
Los pros de la lactancia artificial
Existen multitud de familias que no quieren o no pueden dar leche materna a su bebé. Y por ello, las leches de fórmula intentan imitar lo máximo posible a la leche materna mediante procesos de esterilización y la combinación de proteínas, azúcares, grasas y vitaminas. Con la leche de fórmula, la lactancia artificial es perfectamente viable criar a un bebé sin ningún tipo de problema. Os explico a continuación las virtudes de la lactancia artificial:
- Comodidad. No siempre será la mamá la que deba estar pendiente de su alimentación. El padre u otro cuidador puede encargarse de hacerlo, de manera que en ausencia de la madre, ésta no deba estar pendiente de si se ha sacado un biberón de leche con el sacaleches o no, y simplemente, pueda quedarse tranquila con que cualquiera prepare el biberón del pequeño.
- Descanso y flexibilidad en las tomas, especialmente en las nocturnas, ya que se podrán dar turnos para darle el biberón al pequeño ayudando así al descanso de ambos progenitores, aprovechando la alternancia.
- La leche artificial se digiere más lentamente que la materna, esto significa que las tomas serán más espaciadas, ya que el niño tardará más en sentirse vacío y en pedir su comidita de nuevo y también más regular, puesto que normalmente comerá lo mismo o al menos sabréis cuánto ha comido, para poder controlar cuánto tiempo (más o menos) podría tardar en pedir más.
- Siempre se controlará lo que come el niño, tanto si se acaba los biberones como si no, siempre sabréis cuánto ha comido y si se sacia con una cantidad o necesita más, o tal vez menos.
- La mamá podrá dejar de preocuparse por su dieta y por todo cuanto toma, en referencia a su hijo, ya que nada de eso le será transmitido mediante la leche. Pero no por ello debe olvidarse de su propia salud. Al igual que no deberá estar pendiente de los medicamentos que pueda necesitar tomar en un determinado momento.
Los contras de la lactancia artificial
Los contras de la lactancia artificial se basan principalmente en la incomodidad que supone toda la preparación de la misma y los utensilios que debemos tener, así como el gasto de dinero que ello supone. A continuación os explico en más detalle:
- No puede reproducir la complejidad de la leche materna que se adapta a las necesidades del bebé y no tiene los anticuerpos que proporciona la leche materna al bebé, dejándolo ligeramente más expuesto al contagio de infecciones. Pero tal y como hemos dicho con la leche materna, pero a la inversa, esto no significa, en absoluto, que los bebés alimentados con leche artificial vayan a contraer más enfermedades infecciosas.
- Requiere de una preparación. Y se debe preparar en el momento, no es para nada aconsejable preparar el biberón y dejarlo en la nevera hasta que a mí me apetezca dárselo, puesto que una vez preparada, es muy delicada; en este caso, no se puede dejar más de 24h, pero repito, es muchísimo mejor no hacerlo. La leche de fórmula se debe preparar a partir de agua caliente mezclada con la leche en polvo y hay que esperar que el agua hervida se enfríe hasta que el bebé pueda tomarla. No se puede dar el biberón con la leche hirviendo, siempre antes hay que controlar que esté en su justa medida. Es por eso que es importante la organización y tener siempre todo lo necesario, además de la leche, el agua, el biberón, la tetina… y todo limpio y listo para que el pequeño no deba esperar mucho tiempo para comer, puesto que podría ponerse muy nervioso y eso no ayudaría a los papás, ya que, por contagio, también sufrirían de esos nervios.
- Además, para su preparación requiere de unos utensilios:
- Bote de leche. Obviamente, siempre hay que tener a mano leche en polvo. Debéis tener previsión e intentar no tener que salir corriendo en busca de leche, puesto que eso solo aumentaría el tiempo de espera del bebé para comer y su angustia(y en consecuencia la vuestra). Las hay de muy diversas marcas, pero aseguraros de que corresponden a su edad. En los primeros meses se toma la 1, o leche de inicio. Y después, la leche de continuación, que sería perjudicial para los recién nacidos puesto que tiene más proteínas de las que necesitan y además es perjudicial para su aparato digestivo, todavía en formación.
- Biberón. En los primeros meses te servirá uno pequeño, pero pronto tendrás que pasar a uno más grande, puesto que cada vez la tomas son más completas. Hay que tener en cuenta que puede ser que no le guste, especialmente si es un bebé que ha tomado materna y queréis empezar a hacer mixta porque la mamá tiene que irse a trabajar. Sed pacientes e intentad encontrar una tetina a la que se acostumbre más fácilmente. Las hay de latex o de silicona y normalmente tienen una preferencia, si llevan chupete, seguramente preferirán la que sea como la de su chupete. Esto es ir probando, cada niño es un mundo. Tened en cuenta que es muy recomendable esterilizar el biberón(y el chupete) al menos antes de su primer uso. Existen esterilizadores para las cositas del bebé, o existe la tradicional olla de agua hirviendo un rato. Como os vaya mejor.
- Agua. De botella, preferiblemente, recordad que es un bebé y que su tracto digestivo es sensible. En ocasiones no todas las aguas y su mineralización les va igual, si tiene cólicos, tal vez influya incluso el agua con la que le hacéis los biberones. Todo hay que mirarlo.
- Calienta biberones. Cuando la lactancia es artificial siempre (que no es mixta) en ocasiones va bien tenerlo, puesto que agiliza el proceso y los hay con diferentes funciones, todo es mirarlo y encontrarle utilidad. También se puede calentar la leche materna en ellos, al baño maría, que parece que siempre es menos aparatoso que cuando lo hacemos en un cazo. También se puede calentar en el microondas, en principio no supone un inconveniente hacerlo, simplemente que cuando los biberones son de plástico, en ocasiones pueden desprender partículas del plástico al alimento. Y que hay que vigilar bien al sacarlo para que la leche no le queme; el microondas no calienta de forma uniforme, lo que yo hago es mover el biberón bien, para que el calor se reparta. Y probarlo. Después de algunos meses, ya uno tiene el tiempo del microondas controlado y resulta más sencillo, pero aún así, hay que moverlo para darle uniformidad térmica a la mezcla.
- Limpiador de biberones. No es imprescindible, pero puede resultar útil para la limpieza del biberón de manera rápida y eficaz al lavarlos a mano. También se pueden lavar en el lavavajillas, aunque a veces hace falta el biberón antes de que se haya puesto un lavavajillas, sobre todo cuando son pequeños y toman entres 6 y 8 biberones al día.
- No es gratis. Un bote de leche de 800g puede rondar los 20€, tal vez un poco menos, y dependiendo de lo que consuma el pequeño, puede durar más o menos tiempo, pero al cabo del mes, es un buen dinerito.
Conclusiones de la lactancia artificial
Vosotros como padres del bebé sois quienes debéis decidir cómo hacerlo para alimentar a vuestro bebé. Vosotros conocéis vuestros trabajos, vuestras limitaciones diarias y vuestra organización familiar como para ser libres de tomar esta decisión.
De la misma manera, es importante, mamá, que consideres la posibilidad de que, aunque tú lo desees muchísimo, por diferentes motivos, no puedas darle el pecho, en cuyo caso no debes sentirte mal, tu hijo no corre ningún riesgo solo por el hecho de no tomar leche materna.
Lo más importante es que toméis esta decisión juntos y en consenso, y que consideréis las múltiples opciones que os irán surgiendo en el camino. Por ejemplo, cuando la mamá empiece a trabajar, podéis hacer una lactancia mixta, es perfectamente viable hasta que el bebé empiece a tomar otros alimentos. El camino de la lactancia será largo y tal vez tortuoso, pero su éxito dependerá de vuestra capacidad de adaptación a las circunstancias.
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