El sueño y el descanso en los más pequeños son esenciales para su crecimiento y desarrollo psicológico. El descanso les permite que al día siguiente se encuentren de buen humor, activos y con fuerzas para superar retos y nuevos aprendizajes. Por ello es imprescindible que los padres enseñen a sus hijos a conseguir dormir del tirón en sus camas. No solo porque conseguirán un mejor descanso, sino también porque aprenderán a ser más autónomos.
No obstante, hacer que los niños concilien el sueño sin ayuda de los mayores suele ser una tarea difícil. Los niños pueden poner mucha resistencia en ello, y para calmar rápidamente la situación, los padres acaban cediendo y dejando que duerman en su habitación. Por ello, es muy importante preguntarse por qué motivos no quieren ir a dormir solos.
¿Por qué los niños no quieren dormir solos?
Los motivos por los que tu hijo no quiere dormir solo pueden ser muchos, y normalmente pueden formar parte del proceso normal de su desarrollo evolutivo. Entre algunos de estos motivos encontramos:
- Por necesidad de apego, ya que dormir con los padres les proporciona protección, seguridad, cariño o afecto.
- Por miedos específicos, como por el ejemplo, el temor a la oscuridad, miedos a los fantasmas, monstruos, formas de la habitación, etc. Todos estos miedos al ser evolutivos desaparecen a medida que el niño crece.
- Por miedo a la separación de los padres, o a que les pueda pasar algo malo.
- Porque sufren pesadillas. El sueño no reparador e interrumpido puede hacer que los niños sufran más pesadillas. Pero, éstas son evolutivas, es decir se dan con más frecuencia en los pequeños, pero van perdiendo presencia a medida que crecen.
- Por otro lado, por los terrores nocturnos, un trastorno muy poco frecuente, que suelen aparecer durante el primer tercio de la noche, que invaden de angustia al niño y lo despiertan abruptamente, presentando una alta activación fisiológica, ante la que la respuesta tranquilizadora de los padres no suele ser efectiva.
- Otras razones pueden deberse a que el niño esté intranquilo por alguna preocupación respecto al colegio, el hogar, la familia, un examen, inseguridades, un nuevo hermano, un conflicto con algún amigo, cambio de escuela, etc.
Pautas para que los niños duerman en su habitación
Ante todo, ambos padres deberán de ponerse de acuerdo sobre las normas que se aplicaran y ayudaran a establecer el hábito de ir a dormir solo. Todo el procedimiento se llevará a cabo de forma gradual, se dividirá en pequeños pasos, con el objetivo de que puedan ser alcanzables tanto para el niño como para los padres, y no sean motivo de frustración. A continuación se presentan unas pautas generales que cada familia deberá de adaptar a su propio ritmo:
- El primer paso será establecer una rutina antes de ir a dormir que sirva de señal para que empiece a relajarse y reduzca su actividad. Deberá de reconocer cada paso para que sepa encadenarlo, y finalmente lo atribuya al objetivo de ir a dormir. Dentro de esta rutina entraría cenar, el uso del baño, lavarse las manos y los dientes, ponerse el pijama, e ir hacia la cama.
- Deberá de mantener un horario estipulado para ir a la cama, se deberá de intentar llevarlo a la cama siempre a la misma hora, y deberá de ser pronto, para que pueda dormir sus 8-9 horas.
- Se le darán razones de porque es importante dormir, y qué significa ser capaz de ir a dormir solo, fomentando su autonomía.
- Se le acompañará a la cama, y se evitará hacer cualquier actividad que no esté relacionada con el dormir, como jugar, sentarse en el suelo, cantar, etc. Se le indicará que debe de acostarse, presentando este objetivo como algo positivo y que se reforzará en ese mismo momento de forma oral, y también cabe la posibilidad de reforzarlo de forma material con una economía de fichas (ver más adelante).
- Una vez en la cama, una opción es leerle un cuento agradable, y adecuado para su edad, para que pueda relajarse. Otra opción sería preguntarle qué cosas positivas ha vivido durante el día, mantener una conversación con él agradable. El objetivo final es presentar o contextualizar el dormir como una actividad positiva.
- Hay que evitar que se queden dormidos en los brazos, o que dependan de vosotros para conseguir el sueño.
- En el caso que muestre resistencia para ir a dormir, se reaccionará con naturalidad, y se le ayudará a relajarse. No se utilizará el castigo ni reprimendas ya que se aumentaría su tensión y se conseguiría todo lo contrario a la relajación. Se le puede indicar, que estáis presentes a su lado, que se encuentre tranquilo, y una vez se haya dormido en la cama, podéis retiraros de la habitación.
- Si el niño se levanta a media noche y viene a buscaros a la habitación para dormir con vosotros, entonces deberéis de volver a llevarlo a su cama, tranquilizarlo y esperar a que se duerma de nuevo. Si le dejarais dormir en vuestra cama, reforzaríais el hecho de que con una pataleta o con pedir quedarse en vuestra cama conseguiría quedarse. Deberéis extinguir toda conducta que implique no dormir solo.
- A medida que se vaya adaptando a este ritual, los padres podéis acercaros cada vez más a la puerta de su habitación en el momento que se vaya quedando dormido. Hasta el punto, que ya no os necesite y solo debáis decirle buenas noches desde la puerta.
¿Qué puedo hacer para reforzar que mi hijo duerma solo?
Ante todo, deberemos de reforzar verbalmente y premiarle por ser valiente, y ser capaz de dormir sin vuestra ayuda, o simplemente por querer esforzarse, aunque no lo consiga. Otras propuestas para reforzarle o que le sea más fácil afrontar esta situación son:
- Podemos crear una economía de fichas con reto «dormir solo»: construimos una cartulina o portafolio donde mostrar los objetivos desglosados y pactamos un premio pequeño para cada objetivo (en este caso, debería ser verbal, para el objetivo diario, y material para el objetivo semanal). A medida que se vayan cumpliendo se van marcando con etiquetas, pegatinas, o colores. Empezaremos por objetivos muy fáciles al principio, por ejemplo, hacer la cadena de conductas antes e ir a dormir, e iremos aumentando su dificultad hasta proponer el objetivo final, quedarse dormido sin la ayuda de los padres.
- Se pueden aplicar juegos para trabajar el miedo a la oscuridad, algunos ejemplos son: el escondite, la búsqueda del tesoro, la bella durmiente o el termómetro del miedo. Podréis ver un artículo más extendido en nuestro blog: Juegos para superar el miedo a la oscuridad de los niños
- Se pueden leer cuentos relacionados con el miedo a la oscuridad u otros miedos:
Para adquirir los libros puedes acceder a los siguientes enlaces o haciendo clic en la imagen de cada portada:
«Enceder la noche», Ray Bradbury y Noemí Villamuza, Ed. Kókinos
«A todos los monstruos les da miedo la oscuridad», Michäel Escoffier, Kris Di Giacomo, Ed. Kókinos
«El monstruo que se comió la oscuridad», Joyce Bumbar y Jimmy Liao, de Ed. Bárbara Fiore
«Mi amiga la oscuridad», Ella Burfoot, Ed. Edilupa
“Yo mataré monstruos por ti”, de Santi Balmes
“No te vayas”, de Gabriela Keselman y Gabriela Rabio
¿Cuándo debo pedir ayuda psicológica?
- Cuando el niño sea mayor y aun no consiga dormirse solo, o duerma en la cama de los padres.
- Cuando el niño presente terrores nocturnos se deberá de llevar a cabo un tratamiento específico.
- Cuando los miedos perduran más de lo normal o de lo evolutivo (varios años) o producen mucho malestar psicológico.
- Cuando las pesadillas son muy frecuentes, casi diarias o de 3-4 veces por semana y producen mucho malestar o sufrimiento.
- Cuando hay alguna otra alteración psicológica que está perjudicando el sueño del niño, por ejemplo, un duelo, malestar emocional, ansiedad, u otro trastorno psicológico.
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Y cuanto dura ese periodo? Porque yo llevo meses y no he conseguido NADA, llantos y mas llantos,no descansar ni el niño ni los padres,ni rutinas,ni cuentos…..
Buenos días, yo quería comentarte la situación que tenemos en casa. Mi hija de 5 años y medio se despierta varias veces por la noche, todas las noches y me llama porque quiere que esté allí con ella, acostada o que le lea otro cuento aunque sean las tres de la madrugada. Ella duerme con su hermana de un año y medio y dice que es como si durmiera sola, duerme con luz tenue, con su peluche y aún así no consigue volver a dormirse. Hemos hecho las pautas de ir yo 5 minutos, marcharme y luego volver e ir apuntando en una tabla, los tiempos. He hecho de todo y ya no sé qué más qué hacer para que ella vuelva a dormirse y yo también pueda descansar porque llevo así mucho tiempo y me encuentro agotada y perdida.