Los «Cólicos del lactante», su nombre ya es horrendo y su significado, cuando los conoces, es aún más temido. Pero el cólico del lactante es una dolencia bastante habitual, alrededor de un 30% de los niños los sufre en una u otra medida. Y su mayor problema es que no parecen tener motivo ni solución aparente e instantánea.
¿Qué son los cólicos del lactante?
Caracterizados por episodios de llanto agudo y continuo que no parecen tener motivación alguna ni aparente solución. El pequeño llora intensamente, se pone tenso con las piernecitas dobladas hacia su abdomen, como si tuviera dolor de barriga, aprieta los puños y sufre un desconsuelo absoluto. Los cólicos del lactante suelen ser más habituales a la caída del día y por la noche, y pueden prolongarse durante más de dos horas. Él sufre y nosotros nos ponemos nerviosos.
¿Cuándo aparecen los malditos cólicos?
Los cólicos pueden a parecer a partir de la primera semana de vida y hasta que el pequeño tenga unos tres meses. No significa que vayan a durarle estos tres meses. Sino que pueden aparecer en cualquier momento, aunque sí pueden durar esos meses, hay que ser positivos y pensar que haremos lo posible por evitarlo. O por evitarle el sufrimiento extra.
¿Cuál es el problema de los cólicos del lactante?
En muchas ocasiones este concepto se ha convertido en un cajón de sastre, como verás en el vídeo que se adjunta abajo, donde hay una explicación muy específica al respecto. Hay múltiples motivos por los que un niño lloraría antes de los tres meses, dos de ellos:
- Pauta de alimentación incorrecta. En la actualidad se recomienda que el niño coma a demanda. Notarás que los abuelos del bebé os preguntarán a menudo: ¿Cuándo le toca comer? No. No le toca comer. Él pedirá cuando tenga hambre. No se le puede dejar sin comer durante más de tres horas durante el día (ni durante la noche en las tres primeras semanas), pero de buen seguro pedirá antes. Porque si establecemos un horario de comida el niño podría entrar en un bucle: tengo hambre pero no me toca comer aún; cuando me toca, como con ansiedad; trago aire; me duele la barriga; quiero mas comida, pero no puedo porque me duele… así que vuelvo a comer mal… y así una rueda diaria y llegan a la noche con exceso de ansiedad, hambre y angustia. Y lloran. ¡Claro que lloran!
- Necesidad de estímulos. En ocasiones los niños solo quieren cambiar lo que hay a su alrededor, obtener nuevos estímulos. Y para ello nos necesitan. Si un bebé llora porque quiere que lo cojamos para estimular su cerebrito, no está aprendiendo a tomarnos el pelo ni es muy listo porque solo quiere brazos… Quiere brazos porque así puede cambiar su campo de visión, de tacto, de olor… No es malo, es positivo que estimulemos a nuestros bebés, les ayuda en su desarrollo psicomotor.
Estos no son cólicos del lactante...
Pero si son motivos por los que un niño podría llorar desconsolado en determinados momentos. Siempre os digo que hay que identificar la causa del llanto intentando dar respuesta a los posibles motivos. Estos son dos de los más habituales que no siempre sabemos identificar. En ocasiones porque tomamos más caso de la sabiduría de nuestras mamás, que porque sea la verdadera causa. Vuestras madres son sabias, pero recordad que hace una media de 20 años que criaron a sus hijos. Y las cosas han cambiado desde entonces, lo que entonces valía, ahora quizá ya no. O no siempre. Escuchadlas siempre pero aprended, tanto de ellas como de lo que ellas no sabían en su momento.
Causas reales del cólico del lactante
Entonces, el cólico del lactante, puede venir dado por varios problemas que sí tendrían una solución médica. Para ello, los pediatras harían un diagnóstico diferencial, que es identificar posibles causas y tratarlas. Por eso es importante que si vuestro bebé llora desconsolado durante algunos días y no hay manera de callarle, lo llevéis al pediatra y lo comentéis, él os dirá qué hacer.
- Problema en la flora intestinal. El sistema digestivo de los pequeños está en constante desarrollo todavía, es posible que su flora intestinal no funcione o no sea la más adecuada, es por eso que en este caso se puede tratar con probióticos, que ayudarán a regular esa flora intestinal y a su desarrollo positivo de manera que alivie el dolor del bebé. Pensad que los probióticos no son un tratamiento inmediato, tienen un proceso de implantación en su tracto intestinal, preguntad al pediatra siempre y sed pacientes.
- Intolerancia a alguna proteína de la leche de vaca o a la lactosa. El bebé está irritable y llorón después de la toma, sobretodo la de la tarde-noche y vomitan a menudo y no siempre ganan peso adecuadamente. También puede producir unas cacas más ácidas, así que el bebé tendrá dermatitis del pañal continuada (el culete irritado frecuentemente). Para esto, la solución seria darle leche hidrolizada.
- Gases. Los gases no son exactamente cólicos, pero les suponen también molestias en el estómago, ya que el aire les incomoda muchísimo. Normalmente puede darse en niños que maman pecho pero que por algún motivo no se agarran del todo bien (si solo coge el pezón y no el pezón y la areola). O con la lactancia artificial si por algún motivo, la tetina del biberón o no es la correcta o no la agarra bien. Lo mejor en este caso es que después de cada toma el pequeño haga un eructo, siempre que se pueda. Luc se quedaba dormido comiendo muy a menudo y no me era posible ayudarle a eructar y eso le provocó algunas molestias de este tipo a los dos meses de edad. En ocasiones se duermen mamando y cuando les dejas en su cunita, se quejan y parece que está incómodos. Si le volvéis a coger y le ponéis derechito sobre vuestro hombro, probablemente acabe sacando el aire y quedándose tranquilo, casi sin despertarse.
Soluciones de andar por casa para aliviar el llanto
Llegados a este punto, os encontraréis una noche en casa, la primera ante un recién nacido que no deja de llorar. Le habréis intentado dar de comer, no era lo que quería. Le habréis intentado dormir, tampoco, se habrá puesto más nervioso ante la perspectiva de que le hayáis dejado en la cunita. Le habréis cambiado el pañal, y no ha dejado de llorar.
¡Cogedle! Es mi recomendación, ante un bebé de un par de semanas o tres que no deja de llorar, no le dejéis que llore en su cuna hasta que se calme. Y mucho menos cuando veáis que se pone rojito, que se arquea hacia adelante, que está desconsolado…
Lo más probable es que haya un silencio momentáneo al cogerle.
- Si lo que quería eran bracitos y mimitos de sus papis se le pasará la llantera. Sed pacientes y dejadle que investigue a su alrededor. Seguramente, pronto se dormirá y podréis dejarle en la cuna de nuevo, ha tenido un momento de capricho. Cantadle una nana o susurradle suavemente y con dulzura para que se sienta reconfortado.
- Si lo que tiene son gases, si acaba de comer, seguramente quiere tirarse un eructo y expulsar el aire que se le ha quedado dando vueltas arriba y debajo de su tracto digestivo. Cuando haga el eructo, se volverá a dormir.
Conóce tres posturas para aliviar los gases de tu bebé
- Si lo que tiene es alergia a alguna proteína de la vaca o problemas en la flora intestinal, no se calmará tan fácilmente. Siente un dolor de barriga intenso y su manera de mostrar su dolor es ese llanto agudo que parece que os duele más a vosotros que a él. Ponedle boca abajo sobre el brazo, que la mano plana quede bajo su barriguita, esta presión ayuda a aliviar los dolores y posiblemente esté mejor si paseáis en esta postura por la casa, hasta que empiece a sentir alivio y se pueda dormir. No le dejéis de nuevo en la cuna nada más dormirse, pues la impaciencia no es buena consejera con los niños. Dadle tiempo para sentirse bien entre vuestros brazos.
Antes de llegar a estas situaciones o una vez que hayáis experimentado el momento, tal vez sería bueno que le hicierais un masaje diario, para calmar esos movimientos bruscos de su estómago al digerir algo que no le acaba de ser conveniente.
Debéis tener paciencia con el dolor y el sufrimiento del pequeño, no poneros más nerviosos, porque eso aumentará su disgusto y su ansiedad. Mantener la calma, al fin y al cabo, solo quiere deciros que le duele mucho la barriguita. Y visitad al pediatra para que os recomiende qué hacer en caso de que le duela durante algunas noches seguidas- Él os ayudará con el tratamiento a seguir si son cólicos y os dará las recomendaciones pertinentes.