Tranquilos y atentos como una rana es un libro de Eline Snel editado por Kairós y que resulta de lo más interesante para trabajar la meditación con los niños. Está dirigido a padres y sus hijos de entre 5 y 12 años especialmente, aunque los profesionales de la psicología infantil pueden hacer estas técnicas en sus sesiones para entrenar a los niños en la relajación, siempre y cuando faciliten a los padres dichas técnicas para ponerlas en casa en práctica en familia, ya que la asimilación de éstas en los diversos entornos del niño es necesario para que se hagan realmente con ellas.
Se acompaña de un CD con diversas técnicas expuestas con una voz suave y cálida que los niños deben seguir para adentrarse en un estado de calma.
¿Por qué una rana para la meditación de los niños?
Una rana puede saltar muy alto y dar un salto muy largo. Tiene la capacidad de moverse de forma rápida, pero tiene también la capacidad para estar sentada, tranquila y observando todo su alrededor. La rana tan solo gastará la energía que tiene en cosas que son necesarias, como desplazarse o cazar moscas, pero no hará esfuerzos dejándose llevar por su impulsividad.
De esta manera, se anima al niño a convertirse en una rana, sentado en una alfombra o un cojín cómodo, y concentrándose en las cosas que hay a su alrededor trabajando la atención sostenida y tomando especial atención a su respiración. Cuando las ranas respiran, se les nota el movimiento de su abdomen con mucha facilidad, se percibe claramente como se hinchan como un globo cuando cogen aire y como se desinflan cuando lo expulsan. La respiración es la clave de la meditación, por lo que los niños aprenden a respirar adecuadamente y a sentir y aprender cómo funciona su cuerpo.
¿Qué hacer después de la meditación?
Después de una sesión de meditación, es importante animar a vuestro hijo aplicando el refuerzo positivo “Lo has hecho muy bien”, “Te he visto muy relajado” etc.
Dialogar con él para conocer su experiencia sobre estas técnicas “¿Cómo te has sentido?” “¿Cómo has notado tu cuerpo?”, “Te sentías más tranquilo?”.
Y en el caso que se haya experimentado una sensación algo incómoda o haya estado intranquilo, al ser técnicas que requieren de cierta práctica, dependiendo de la impulsividad y energía de cada niño, hay que alentarlo a que poco a poco mejorará y que lo importante es ir aprendiendo paso a paso “He visto que lo has intentado, aunque estabas algo nervioso. No pasa nada, el próximo día volveremos a hacer la rana y seguro que irá mejor”.
Lectura recomendada
Tranquilos y atentos como una rana
«Tranquilos y atentos como una rana» es un libro que ofrece historias y ejercicios simples y breves que los niños podrán practicar a diario. Está dirigido a niños y niñas de 5 a 12 años y a sus padres, que pueden acompañarlos en su práctica. Los resultados han demostrado que los niños que practican estos ejercicios duermen mejor, están más concentrados y serenos y se sienten más seguros.
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