Los celos entre hermanos es un fenómeno natural, por lo que no debemos darle más importancia de lo que es, un proceso de adaptación del niño a una nueva situación en el hogar familiar.
El objetivo de los padres en un caso de celos entre hermanos, será ayudar a fomentar una relación sana entre los hijos. Sin embargo, es mejor si se puede evitar esta situación. Esto puede conseguirse a través de unas buenas actitudes y actuaciones de los padres. En todo caso, si vuestro hijo tiene alguna muestra de celos, no debéis preocuparos en exceso, es totalmente normal.
¿Cómo actuar antes de la llegada del nuevo hermanito?
- Es importante que no se hagan preparaciones para evitar que haya celos una vez nazca el bebé. De hecho, hay mayor probabilidad de que aparezcan los celos. Sin querer, se está informando al niño de las inseguridades de los padres y se le puede condicionar indirectamente. Sin quererlo, se provoca la situación.
- Nunca le digáis al niño «te vamos a querer igual cuando nazca tu hermano». Confundiréis al pequeño y tomará una actitud de alerta.
- La mejor actitud será mostrar tranquilidad y claridad con el niño, e informarle en un estado de calma. No mostrar preocupación. Incluso un grado de indiferencia le dará al pequeño una sensación de seguridad.
- En el caso de la madre, no te quejes de las molestias que puedas tener propios del embarazo delante de tu hijo. Ésto podría condicionar a tu hijo, mostrando rechazo hacia su futuro hermano.
- Controlar las actuaciones de terceras personas, como los amigos, abuelos, tíos, cuidadores… Con sus actuaciones y comentarios pueden condicionar al pequeño en esta situación. Informarles de lo que deben y no deben hacer para que se ajuste a como los padres están llevando la situación.
Ya viene el bebé. ¿Qué hacer?
- En el momento del nacimiento, lo conveniente será que un familiar se quede haciendo compañía al pequeño en su propio hogar. No lo llevéis al hospital, ya que la situación puede ser un tanto tensa y el pequeño puede contagiarse de ese estado de ansiedad que observa.
- Una vez haya nacido el bebé, el mismo día del nacimiento y con la madre relajada y tranquila, ya podrá llevarse al pequeño al hospital para que vea a su madre y a su nuevo hermanito. Es importante que sólo estén los padres e hijos cuando se realice esta primera reunión familiar con el nuevo hermanito. Se propicia un ambiente muy íntimo, en el que sólo se incluyan las personas de la unidad familiar.
- Si hasta el momento, no han habido actitudes extrañas de celos con vuestro hijo durante el embarazo, la actitud normal del niño será mostrar curiosidad hacia el hermanito y será muy cuidadoso con él. Se le debe permitir tocar y acariciar al recién nacido y animarle a ello, sin limitarlo, aunque siempre con cuidado. De esta manera, el pequeño se sentirá próximo a su nuevo hermanito, sin que haya ninguna barrera entre ellos.
- Cuando la visita haya finalizado, lo adecuado será que el niño vuelva acompañado a casa por su padre. Si se va con otro familiar, puede sentirse apartado de la situación. Es mejor que comparta los momentos de esta situación con las personas que forman parte del círculo íntimo de su hogar, en este caso, el padre sería lo conveniente.
La madre vuelve a casa y viene acompañada. ¿Cómo preparamos la nueva situación?
- La madre y el recién nacido deberán instalarse en casa cuando el niño no esté en casa, para que la situación sea lo más natural posible. Así, cuando el pequeño llegue a casa, ya estarán tranquilos e instalados y no experimentará una situación que podría causarle un poco de ansiedad.
- Es necesario estar por el niño el tiempo que necesite para que no se sienta apartado. Una interesante propuesta para propiciar una buena conexión entre hermanos y entre la madre, será pedirle al hijo que ayude a la madre a cuidar del recién nacido (vigilarlo, lavarlo, etc.). Planteárselo como un juego. Sin presionarlo ni obligarlo. El pequeño se sentirá integrado y se mostrará más interesado en la nueva situación familiar.
La familia ha aumentado
- La familia ha aumentado y lógicamente la situación ha cambiado. Aun y así, debe afrontarse con normalidad y naturalidad.
- No deben realizarse cambios cuando ya está el nuevo hermano en casa. Si se quiere realizar algún tipo de cambio, es necesario que se realice antes del nacimiento para que el hijo no relacione los cambios con la llegada del bebé y sienta rechazo hacia éstos y hacia su nuevo hermano. Por ejemplo, si queremos cambiarle de habitación porque estamos organizando el hogar a la nueva situación, deberá prepararse antes del nacimiento del bebé, no cuando ya está viviendo en casa.
- No se debe caer en la trampa de hacerle regalos al pequeño para compensar que el recién nacido tiene muchos, podría propiciar los celos en el niño, e incluso aprender a manipular a los padres para conseguir regalos fácilmente.
No olvidéis que el tiempo con vuestro hijo es vital para tener una relación sana y satisfactoria. Reservad tiempo a solas con vuestro hijo, sin el recién nacido. Sentirá que la relación con sus padres no ha cambiado y no verá la necesidad de competir con su hermano pequeño.
Lectura recomendada: Cuento sobre la llegada de un hermanito
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Psicología infantil