Los estilos parentales son las prácticas de crianza que los padres utilizan para el desarrollo integral de sus hijos. Se da así el proceso de socialización y educación de los niños.
Hay diferentes estilos parentales y qué estilo educativo adoptarán los padres para la crianza de su hijo dependerá de tres factores diferentes:
- Afecto y comunicación. Se refiere al tono emocional de la relación entre el niño y los padres, o cuidadores que estén a cargo del niño. Es el clima interno en el que se relacionan ambas partes.
- Control y exigencias. Es la disciplina y las exigencias que los padres solicitan a sus hijos. Se refiere al control de sus conductas y las normas que establecen.
- Influencia de las creencias de los padres. El estilo parental que escojan los padres o cuidadores del niño está muy relacionado con las creencias, vivencias y las determinaciones socioculturales del ambiente de los padres.
Según como se combinen estos tres factores, surgirá el estilo parental en el que se educará de cierta forma determinada a su hijo. Se han establecido cuatro estilos diferentes de educación de los padres. A continuación os explicamos como son los padres o cuidadores en cada uno de los estilos parentales, y por consecuencia, como son los niños.
Tipos de estilos parentales
1. Estilos parentales: Modelo Democrático
- Los padres muestran altos niveles de afecto y de comunicación con sus hijos.
- Establecen normas claras, precisas, con expectativas que se puedan cumplir (normas no imposibles) y flexibles, asustadas a las necesidades del niño para controlar el comportamiento del niño. Son normas coherentes que se deben respetar, bien explicadas a los hijos, con valores y principios claros, donde se plantean las conductas adecuadas y las inadecuadas de forma abierta.
- Ponen unos límites que actúan como una guía para cumplir las normas.
- Las relaciones entre los padres y los hijos son relaciones afectuosas y cálidas. Mantienen un feedback y hay buena comunicación por ambas partes.
- Se muestran actitudes de firmeza y exigencia pero siempre manteniendo una actitud de diálogo que les permita participar.
- Sensibilidad en lo que se refiere a las necesidades del pequeño.
- Se fomenta la individualidad del niño.
- Se promueve al niño a desarrollar actividades en las que se esfuerce teniendo en cuenta sus limites (cada caso es diferente) y se le motiva a la superación personal. Que tenga motivación, iniciativa, una buena competencia social, autonomía, autocontrol.
- Son niños alegres, establecen relaciones de empatía con facilidad y son espontáneos en sus relaciones con los demás. Se desenvuelven perfecta y sanamente con los otros niños y adultos. Son prosociales, altruistas y solidarios. Alta autoestima, habilidades de autocontrol, competencia social, con motivación al logro, moral autónoma y un autoconcepto bueno y realista de si mismo.
2. Estilos parentales: Modelo Autoritario
- Los padres establecen altos niveles de control y exigencia con restricciones permanentes sobre las conductas de sus hijos.
- No tienen en cuenta el punto de vista del niño.
- No muestran responsabilidad paterna la comunicación es cerrada o unidirecccional (sin diálogo)
- Emplean el castigo y las amenazas (físicas y/o verbales), prohibiciones y normas minuciosas y rígidas impuestas sin diálogo previo con el niño. Alaban muy poco a sus hijos.
- La relación de los padres hacia su hijo es poco afectiva y muy poco comunicativa. No suelen tener en cuenta los sentimientos y pensamientos del niño ni sus intereses.
- El objetivo de los padres es el control restrictivo del hijo, que da lugar a una afirmación de poder por parte de los padres que son exigentes y controlan e imponen su criterio.
- Promueven comportamientos con tendencias a obedecer y conformarse. Amenazan a sus hijos para que sigan las normas y si no lo hacen correctamente les sermonean de forma negativa. Se comportan con enfado y reaccionan mal ante los comportamientos de sus hijos que no ven correctamente (no afrontaran de forma correcta una rabieta). Pueden llegar a ignorar al niño.
- El ambiente familiar es tenso y no se favorece una participación entre padres e hijos. Esta muy marcada la diferencia entre unos y otros, hay un abismo emocional entre ellos.
- Los niños se ven envueltos en un ambiente en el que la obediencia es lo más importante, sin poder dialogar o negociar con sus padres.
- Se convierten en niños tímidos, poco curiosos y con pocas habilidades para tomar decisiones, ya que no han sido entrenados en esta habilidad. Han sido educados para asumir sumisamente las normas y las decisiones de sus padres.
- Tienen una autonomía y autoconfianza baja, también poca autonomía personal y poco creatividad. Escasa competencia social. Son agresivos e impulsivos. Su moral es heterónoma (lo que significa conductas de evitación del castigo). Son menos alegres y espontáneos.
- En la preadolescencia y adolescencia suelen revelarse ante la figura autoritaria, los padres. Quieren salir de ese cascaron de obediencia y sumisión en el que han vivido durante la infancia.
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Buenas Laura. Al final como bien dice el refrán lo que vemos hacemos. Y los niños finalmente reproducen lo que ven en casi todos los casos. También nunca hay que ser de extremos. Siempre he pensado que hay que dejar a los niños su espacio de decisión, pero sin ser descuidados con ellos. Gracias por este magnifico articulo. Un saludo ::))
Gracias Laura por esta información tan valiosa para nosotros los padres.
Hola Laura,
Otra vez lo has vuelto ha hacer, me encantan tus artículos, fáciles de leer, de entender y de poner en practica, siempre aportas conocimiento y consejos útiles para poner en practica.
Al final lo resumes en que la mejor estrategia es la de la flexibilidad, pues cada niño es un mundo y como tal se le tiene que tratar como ser individual, ¿Cuantas veces hemos escuchado eso de?
-No entiendo como son tan diferentes si a los dos los he tratado igual.
¡Grave error!
Todos los que somos padres, (Yo por partida doble) entendemos que la educación de un hijo es muy difícil, recuerdo cuando nació mi primera hija, lo primero que le dije al medico fue… ¿Esto donde tiene el libro de instrucciones?
Menos mal que la naturaleza nos ha provisto de las armas necesarias para aprender a gestionar esta faceta de la vida de forma escalonada.
Siempre pienso lo mismo, los hijos son el resultado de la actuación de los padres durante las fases iniciales de la educación, desde que nacen hasta ¿Los 8 o 10 años? creo que si en ese periodo de edad les inculcas unas normas y unos valores cuando llega la «edad del pavo», la adolescencia, es mas fácil que exista un entendimiento por las dos partes.
Muchas gracias por este tipo de aportaciones.
¡Estamos conectados!
Como todo en la vida, lo ideal sería el modelo democrático, dejad a los niños llegar a saber qué está bien y qué está mal para que vayan tomando sus propias decisiones (adecuadas, o aprendan de las erróneas). Muy interesante el post.
Hola Laura, es muy interesante todo lo que cuentas en este post. Leo tu reflexión del parrafo final y me pregunto ¿como puedo motivar a mis hijos a la superación y al esfuerzo personal? Hoy en día en que la mayoría de los niños tienen de todo es muy complicado inculcarles el valor del esfuerzo y la superación. Si pudieses darnos unas pautas para promover esta actitud en nuestros hijos sería muy enriquecedor. Seguramente el tema da para un post-it completo y mucho mas; te animo a que lo publiques personalmente lo considero un tema clave para la educación de nuestros hijos hoy en dia.
Muchísimas gracias por adelantado.
Elena
Hola Elena, aunque hoy en día sí es cierto que los niños gozan de unas comodidades que en otros tiempos no tenían, el valor del esfuerzo y la superación depende de la educación y la crianza. No porque tengan acceso a una consola (por ejemplo) significa que no tengan metas y quieran superarse, debemos saber compaginar ambas cosas y hacerles entender que el esfuerzo conlleva unos premios.
El premio principal que deben tener en cuenta es más bien emocional, la sensación de sentirse bien por haberse esforzado. Es el premio emocional el que influye en su autoconcepto y su autoestima. En este sentido, la escuela tiene un papel primordial, por lo que el trabajo de los profesores, la dinámica de las clases y el estilo educativo es muy importante. En casa debemos ayudar a nuestros hijos a reforzar sus esfuerzos, a animarlo a seguir, elogiarlo, y sobretodo centrándonos en el proceso, más que en los resultados.
Con los premios físicos hay que tener más cuidado (como podría ser el jugar con una consola si ha realizado los deberes que tenía del colegio), ya que el niño puede estar más pendiente de acabar la tarea por conseguir jugar a la consola en este caso, y no trabajar bien en el proceso de aprendizaje (no se está esforzando, realiza rápido los deberes, no atiende 100% a la actividad…), porque su foco de atención se centra en que quiere el premio físico, en este caso, como pongo el ejemplo de la consola. Es importante que los niños entiendan que el esfuerzo conlleva el aumento del aprendizaje y por consiguiente una satisfacción personal. Es decir, trabajar a nivel emocional.
Tengo en cuenta tus peticiones para la realización de un artículo sobre el valor del esfuerzo y la motivación en los niños. Es un tema muy interesante y vital para el desarrollo de los pequeños.
Saludos y gracias por tu comentario.