Hoy en día la transexualidad infantil aún trae consigo opiniones muy dispares, sin embargo, el sentirse a gusto con tu propia persona, ¿no es acaso un derecho fundamental?
Con el siguiente mensaje contra las personas transexuales se pasea el autobús de la organización Hazte Oír: “Los niños tienen pene, las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer seguirás siéndolo”.
En Barcelona ya se ha expuesto abiertamente que dicho autobús no tiene permiso por circular por la ciudad, dado que ofrece un mensaje de odio hacia las personas transgénero, incitando al rechazo de las mismas. Se ha comunicado que se multará a la organización si así lo hace y se tomaran las medidas correspondientes. Se conoce por las redes sociales que Madrid ha paralizado dicho autobús hasta que la Fiscalía se pronuncie.
Vídeo-noticia de Europapress sobre el autobús contra la transexualidad infantil
En una sociedad actual, la libertad de cada persona es esencial, el sentimiento de reconocerte e identificarte personal y físicamente con tu cuerpo, para al fin y al cabo, alcanzar lo que todos deseamos, estar a gusto y felices con nosotros mismos.
¿Qué persona puede ser feliz si le rechazan sus propios derechos a ser como quiere y a sentirse como se siente, independientemente de los órganos sexuales con los que nació?
Me gustaría recordar, con gran admiración, algunas de esas familias que ayudaron y apoyaron a sus hijos cuando rechazaron el sexo con el que habían nacido, porque no se sentían como tal, niños que cambiaron su forma de vestir, su nombre, y que con el soporte de sus padres jugaron a lo que quisieron aunque antes llevaban coletas y ahora el pelo corto, o al revés. Esos niños son felices, porque se les respetó, se les apoyó, porque fueron aceptados y están integrados socialmente de forma satisfactoria.
Les permitieron ser libres, un derecho fundamental, a ser las personas que necesitan y quieren ser. A ser, al fin y al cabo, ellos mismos.
Vídeo de la EITB sobre una niña transexual
Así explica una madre y su hija su experiencia. Después de ver este vídeo, ¿quién puede ni siquiera pensar en negar a quien antes era un niño, ser esa niña que ahora sonríe?
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