La empatía es la capacidad para entender los pensamientos y las emociones ajenas. Es decir, de ponerse en el punto de vista de la otra persona y ser capaz de compartir sus sentimientos.
La empatía no implica que la otra persona haya pasado por las mismas experiencias, esto no es necesario para ponerse en el lugar del otro. El lenguaje verbal y no verbal (es decir, el lenguaje corporal) que realiza uno de los participes en una interacción comunicativa transmite un mensaje, emociones y sentimientos que el otro percibe y hace que en todo el conjunto de elementos que intervienen, se comprendan entre ambos.
La empatía puede verse en mayor o en menos medida en las personas, así como en niños más grande o más pequeños. Aún y así, cabe decir que los niños pequeños aún tienen dificultades para ponerse en la piel de las otras personas, tienen una visión “egocéntrica” en la cual, el centro de atención son ellos, sus necesidades y lo que ellos piensan es lo verdaderamente real.
Por ello, es muy importante tener en cuenta la etapa de desarrollo de los niños, y entender que en ciertas edades y en ciertas situaciones, que sucedan enfrentamientos y/o malentendidos entre hijos y padres es algo normal, ya que el pequeño aún se está desarrollando y es una habilidad que tiene que ir fomentando poco a poco. Esto puede ocurrir hasta los cuatro años. Los niños experimentan lo que se conoce como “egocentrismo”.
A partir de los cuatro años, trabajar la empatía es más sencillo, aunque si bien es cierto, que antes ya hay que ir enseñando al niño y dándole pistas de la importancia que tienen los demás de su alrededor. Un ejemplo claro es, cuando el niño tiene hambre, sus padres le dan de comer, cuando se hace daño, sus padres lo curan y lo consuelas. Estas actuaciones ya están creando una base en la capacidad empática del niño.
Ver Desarrollo del niño de 2 a 7 años para más información
Un maravilloso vídeo que publicita la película de Star Wars (Rogue One: A Star Wars Story) enseña una clara muestra de empatía de los compañeros de escuela de un niño. Os animo a que enseñéis el vídeo a vuestro hijo y le preguntéis opinión sobre él.
Algunas de las preguntas que podéis hacerle al final del vídeo y que podéis comentar son las siguientes: ¿Por qué crees que este niño llevaba un casco de soldado imperial siempre?; ¿Cómo crees que se siente ese niño; ¿Qué crees que piensan sus compañeros de clase sobre él?; ¿A qué crees que se debe la actuación de sus compañeros de clase al final del vídeo?
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