Después de un largo periodo vacacional, es normal que los niños experimenten un estado emocional originado por el estrés. Síntomas como cansancio, tristeza, apatía, irritabilidad, ansiedad o falta de atención, son completamente corrientes al inicio de la vuelta al colegio. Pueden llegar a experimentarse unos días antes, por la preocupación que provoca el cambio de rutina a la que se habían acostumbrado durante las vacaciones.
¿Qué pueden hacer los padres para que los hijos acepten mejor la vuelta al colegio?
La clave está en anticiparse mínimo una semana antes del inicio de las clases, adaptando el horario durante el día. Por tanto, se debe organizar el día siguiendo unas pautas comunes a las que el niño volverá a tener que seguir en la vuelta al colegio. Es importarse despertarse a la misma hora que cuando se tiene que ir a clase, hacer las comidas en los horarios y tiempos que se harán una vez empiece el colegio, etc.
No hay que hacerlo todo de golpe, ya que conseguiríamos el efecto contrario, agobiar más al niño de lo que probablemente pueda estar. Los cambios deben realizarse de forma progresiva para que consiga adaptarse adecuadamente.
Seréis de gran apoyo si le ayudáis a prepararse el material escolar que necesitará en la vuelta al colegio, implicándoos activamente en la compra material, preparar los libros, la agenda, etc.
Si tenía que realizar deberes durante las vacaciones, como los cuadernillos de verano, etc. es una buena idea, que durante la última semana de vacaciones, repaséis con él el trabajo realizado y reforcéis su esfuerzo positivamente. Así, se sentirá mucho más seguro en cuanto a las responsabilidades escolares que debía realizar fuera de la escuela y que deberá presentar a la vuelta del colegio. Volver a sentirse evaluado por profesores, después de un período de relajación puede provocarle angustia, pero si le animáis y confirmáis lo mucho que ha trabajado y que la tarea está bien hecha, irá mucho más tranquilo.
Si está agobiado, no hay nada mejor que realizar ejercicio o actividades al aire libre que permitan liberar su estrés. Es mucho mejor ir a montar en bici juntos o patinar, que quedarse en el ordenador o viendo dibujos en la televisión. Así que, a entretenerse y desahogarse con diversión.
Por último, y si podéis hacerlo, ya que a veces es algo que no depende de uno mismo debido a los horarios de trabajo u otras responsabilidades, os aconsejamos que lo acompañéis en su primer día de la vuelta al colegio, pero sin darle mucha importancia a este primer día. Es un día más, así que no debemos mostrarles ningún tipo de angustia o preocupación, e ir a la escuela con él contentos y transmitiendo tranquilidad al pequeño.
Cuando salga de las clases, preguntadle con una gran sonrisa qué tal le ha ido el día para que os lo pueda explicar abiertamente y se descargue con vosotros de las muchas emociones que habrá experimentado en este primer día.
* Dibujo realizado por Freepik.es
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