La seguridad en el cambio de pañal, lo más importante
Para vuestra comodidad, la mayoría de cambiadores, del tipo que sean, están a una determinada altura. Es por eso que el riesgo de que el bebé caiga a la hora de cambiar el pañal de arriba abajo, resulta inquietante para los padres. Las probabilidades de que esto ocurra crecen exponencialmente conforme el niño crece. Porque se mueve cada vez más, también se interesa cada vez más por cosas que están más lejos de su alcance y su curiosidad les pone en riesgo. Es muy importante que nunca le dejéis solo en el momento de cambiar el pañal y que el cambiador no esté desatendido. Cuando es un recién nacido, notaréis que prácticamente no se mueve, aún así, no todos los bebés son iguales y es mejor que no toméis por costumbre alejaros de él para nada, ni que sea encender la luz o coger una esponja.
Todo cerca a la hora de cambiar el pañal: ¡La cesta del aseo!
Es muy recomendable que ante la inminente llegada del bebé, tengáis preparada muy a mano del cambiador una “cestita”, a la que podáis acceder estirando el brazo, con todos esos productos que necesitareis para cambiar al niño, para vestirle y arreglarle después del baño, para peinarle, limpiarle los ojos o el ombligo.
¿Qué necesitaremos para cambiar el pañal de nuestro bebé?
- Pañales: Es evidente que para cambiar el pañal del bebé, los pañales son primordiales. En el mercado veréis que hay diferentes marcas, desde las más famosas, hasta las de marca blanca, los hay de tejidos biológicos e incluso de tela para poder lavarlos y evitar los deshechos. Es evidente, que cada familia escogerá lo que les parezca más práctico, o mejor para su bebé. Lo más importante es que sean de su talla, van por peso. Y además, en ocasiones se superponen, es decir la talla 1 acaba a los 4 Kg y la dos empieza a los 3 Kg; esto es bastante útil puesto que hay niños que pesan más y son más delgados y más largos y tal vez aún les vaya mejor la talla más pequeña, pero siempre que esté en su peso. Que el tejido sea agradable para su piel, también es muy importante. Si notáis que le hacen rozaduras excesivas o se irrita, tal vez deberíais cambiar. No es algo habitual, pero hay que tenerlo en cuenta.
- Crema para el culete: Exactamente igual que en el caso anterior hay multitud de cremas diferentes. Las hay más espesas, más suaves, con un tipo de dosificador diferente. Podéis probar. Lo bueno es que probablemente la comadrona o las suscripciones a revistas o empresas especializadas en productos del bebé se dan canastillas con muestras diferentes de esta, y otras cremitas para bebé.
- Agua con jabón: Siempre que tengáis tiempo y espacio, es preferible lavarle el culete con agua y un jabón especializado, también encontrareis muchos tipos diferentes. Su piel es muy sensible y debe tratarse con mucha delicadeza, para ellos las toallitas para bebé, también son una muy práctica solución, pero sobretodo en verano, agradecen mucho que les dejes un ratito sin pañal y les limpies con agua y jabón y hagáis un cambio de pañal más tranquilo, cantándole y hablándole para que disfrute de estar “al aire libre” un rato.
- Toallitas: Las toallitas son el recurso más utilizado para limpiar el culete del bebé. Son prácticas y higiénicas. Hay que comprobar que no lleven alcohol y que sean suaves especializadas para bebé, también hay multitud de marcas y debéis buscar entre las que os vayan mejor. Pero es muy importante que recordéis que no se deben tirar al water, no se disuelven solas, ni siquiera las que pone que sí lo hacen (éstas tardan 5 años en hacerlo).
El cambio de pañal paso a paso
- Ambiente. Hay que intentar, en la medida de lo posible, que el espacio en el que le vais a cambiar sea acogedor y cómodo para el bebé. Especialmente si tenéis que cambiarle fuera de casa, aseguraros de que no sea un lugar en el que el niño pueda estar en contacto con suciedad, que no coja frío y que sea seguro.
- Todo a mano. Asegurarse de que todo lo necesario está a mano para cambiar el pañal con la máxima comodidad.
- Se recuesta al bebé sobre el cambiador. Con delicadeza, y sin olvidar su cuello y su espalda en ningún momento.
- Desvestirle. No hace falta desvestirle entero, mientras se pueda solo quitarle los pantalones y el body. O si lleva un pijamita, seguro que podéis solo desabrocharlo de rodilla para abajo.
- Quitar el pañal. Con el bebé delante vuestro y boca arriba, las dos pegatinas que cierran el pañal (cada una por un lado) se deben despegar y abrir el pañal, desde la cintura bajarlo hacia abajo, de manera que quede su pene o su vulva al aire. En este punto, a veces conviene esperar unos momentos, porque el cambio de temperatura les provoca pis y si sacáis el pañal viejo rápidamente, es posible que haga pipi y lo haga fuera. Y si es un niño, podéis cubrir su pene con una toallita, puesto que si hace pipi, probablemente lo haga para arriba y se “duche” hasta la cintura. Pasado ese momento, si no ha hecho pipi, yo le pondría el pañal viejo cerrado debajo de manera que no le toque la piel nada mojado mientras lo limpiáis.
- Limpiarle el culete. Si usáis toallitas, debéis deslizarlas suavemente por todo el espacio. En las niñas sobretodo, aunque no tengan caca, debéis limpiar de arriba abajo, para evitar contaminar su vulva con restos de caca que pudieran existir o de algún pedete ocasional. En los niños también debe ser ese el orden, pero es más diferenciado. Si lo laváis con agua y jabón exactamente igual, suavemente en la misma dirección de arriba abajo y limpiando bien en los pliegues de las ingles y las nalgas. Los recién nacidos no tiene tantos pliegues, pero conforme vaya creciendo veréis que empieza a tener culo y muslos y entonces hay que estar muy al tanto de que no se le hagan irritaciones. Es muy importante que quede bien limpio todo en cada cambio de pañal, pero no es necesario frotar excesivamente con la toallita o la esponja. Veréis que el pipi es como agua, y la caquita se limpia muy bien, si es de leche materna es más líquida y si es leche de fórmula, algo más espesa, pero ambas se limpian fácilmente. No le frotéis el culete en exceso, puesto que eso también ocasionará irritaciones. Y siempre con suavidad. Y asegurándoos de que cada vez el agua y el jabón es distinto, mejor no llenar mucho una palangana pequeña, con un poco de agua es suficiente y cambiarla cada vez que lo cambiéis.
- Crema para el culete. Los bebés recién nacidos no suelen requerir mucha crema. Si una buena limpieza, puesto que sus primeras cacas, denominadas meconio, son de una textura más densa y pegajosa y de un color oscuro verdoso o negro. Los primeros días, con que esté bien limpio y pongáis, si así lo deseáis, algo de crema, será suficiente. Pasados unos días, si veis que la crema que usáis le va bien y no le salen irritaciones, podéis ponerle algo más. El bebé ya se mueve más, eso ocasiona más roces del pañal, de sus pliegues en la piel y es importante evitar las irritaciones. Si veis que hay irritaciones que no se marchan ni cambiando de cremita, ni limpiándole bien con agua y jabón, acudid al pediatra para un posible tratamiento, por una sensibilidad especial en la piel de vuestro bebé.
- Retirada del pañal viejo. Si lo preferís, podéis no dejarle el pañal viejo debajo. Pero si lo dejáis (recordad, doblado y que no le toque la humedad en la piel), este es el momento de quitarlo, coged los pies del bebé hacia arriba, y quitad el pañal de debajo. Antes de ponerle el otro pañal, aseguraos de que está bien seco. Normalmente las toallitas son tan poco húmedas que se seca solito, pero con agua y jabón convendrá que le sequéis bien con una toalla que sea muy suave.
- El pañal. Se levantan las piernas y el culete del bebé y se desliza el pañal abierto por debajo de su cuerpo hasta más o menos la mitad, veréis que hace como forma para acomodar ahí el culo del bebé, asegurándose de que las dos “pegatinas” que cerraran el pañal están en esa parte y que el interior del pañal esté boca arriba (pegado a la piel del bebé). Volvéis a apoyar al bebé sobre el cambiador con el pañal debajo y le abrís las piernas (él ya lo hará solito) y la parte del pañal que no queda por debajo de él, se debe subir cubriéndole hasta la cintura por encima(si todavía tiene el cordón umbilical y durante los primeros días después de su caída, tened cuidado de que no le roce). Aquí, es importante señalar, que si es un niño, debéis intentar que su pene quede hacia abajo, de lo contrario, cuando haga pipi es posible que el líquido salga hacia arriba y se salga del pañal. Con las niñas no hay ese inconveniente. Tal y como habéis colocado el pañal, las dos pegatinas para cerrar han quedado cada una a un lado del cuerpo del bebé y debéis superponerlas por encima de su cintura, pegándolas al pañal. Comprobad que quede bien sujeto pero que no le aprete y que los faldones de las piernecitas (esto es como un ribete que hay en el hueco de las piernas que veréis mejor cuando lo veáis puesto) queden por fuera para evitar que en una caca abundante, se salga lo menos posible.
- ¡Y Ya está, pañal colocado! Volvéis a vestirle y a seguir disfrutando.
Consideraciones: tres cosas muy importantes para cambiar el pañal
«La seguridad, la suavidad y la eficacia». Y algo que es muy importante, habladle. Podéis explicarle, aunque sea muy pequeño, que vais a cambiarle el pañal, que estará más limpio, que estará más cómodo… al bebé, también a los recién nacidos, la voz de sus padres les es ya familiar, hay que potenciar ese vínculo y potenciar su relación con estas cosas cotidianas, conseguir que no lo vean como algo malo o cruel (pensad que de primeras, les dejáis desnudos y se sienten muy indefensos al principio), que se acostumbren e incluso les encante este proceso que, aunque al principio parece un mundo en unos días será absolutamente normalizado.
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